Disneypucp

Cuando uno está en la universidad cree que puede hablar de todo y con todos. Creo que la gente no se da cuenta de lo idiota que es hasta que discute conmigo. El otro día en un debate acerca de qué tan importante es otra película de Die Hard para nuestra generación, un tipo de mi clase se atrevió a decir "No es muy importante, estoy más preocupado por Cipriani". La sangre hervía y quería preguntarle cuál era realmente el problema con Cipriani, explicándome todos los puntos, pero el tipo tenía cara de monaguillo y/o estudiante de Economía así que temí que su respuesta me pusiera en ridículo. Soy fanático de Duro de Matar, y aunque no sabría que decir si me dijeran "Live free or Die Hard?" ya que me suena a retórica y Dios sabe que pasé ese curso con carta del cardenal, soy tan fanático que no podía dejar esto así. En la época de Ramón Castilla la gente se sacaba el guante y te tiraba una cachetada si habías metido la pata maleado, esto significaba una pelea a muerte, te amarraban un cuchillito al pie y una patada bien colocada te haría el vencedor (Recogido de "el caballero Carmelo"). Lástima que en estos tiempos ya no se hace eso, por los pseudo derechos humanos o algo. Me tuve que contentar haciendo uso del recurso más eficaz utilizado por estudiantes alrededor de San Miguel que aun no se quieren ir a su casa, el temido plantón. Me paré frente a la casa del tipo, al cabo de unas tres horas yo me hallaba en la más pura gloria. Era fácil imaginar al sujeto muerto de miedo en su salita de estar temiendo a este imponente chico y a su primo Paco, que vino de Chiclayo y no tenía nada que hacer esa tarde. Digo que era fácil imaginar porque no se podía ver, las cortinas estaban cerradas pero el miedo si era fácil de oler. Cuando el pitito de 30 centimos empezó a expedir más saliva que ruido decidí que el castigo había sido cumplido, eso le enseñaría. Antes de ir con Paco a donde sea que la gente que vive en Chiclayo y viene a Lima por tres dias quiere ir, me llegó un mensaje de texto de una amiga/amante que decía:

¿Estaba mi amiga/amante tratando de señalar lo obvio? Tuve que ir a la PUCP a ver qué estaba ocurriendo, dandome con la grata sorpresa de que hoy era Interfacultades. Me pregunto, ¿Cuántos idiotas habrán pensando en la palabra Interfuckultades? Posiblemente sea el único, en ese caso touché. Interfacultades es una excusa anual para usar el disfraz que te mueres de ganas de ponerte todos los dias, para tomar y para ponerle ropa chistosa a los profesores más respetados.
Cuando llegué a EEGGLL me di cuenta de que en efecto, había un caballo en la puerta. El desfile de este año prometía una alegría como pocas en la vida, la probabilidad de que el caballo se vuelva berserk y le muerda la cabeza a una chica era tan alta que deje la cámara prendida por 20 minutos esperando el momento más preciado de mi vida universitaria.
El momento nunca pasó. Popi y Pipo (nombres que asigné al caballo y a su jinete, respectivamente) pasaron con la comparsa de Letras, motivados por los gritos de uno de sus integrantes que los urgía a que "Hagan bulla". Sin duda fue la peor comparsa del día aun si contamos como una comparsa a la gente que caminaba por el tontodromo a la hora del desfile con una cara que delataba la gran incomodidad que sentían al ver que eran observados sin saber por qué, "yo solo quiero leer" decía nadie.

"Nuestro enfermo, de nadie más."

La siguiente comparsa fue la de Educación y se la pasaban reclamando "¡Educación!", como si alguien pudiera ayudarlos. Fue el momento emotivo del día.



En general fue un día sumamente divertido, sobre todo por el hecho de que podías ver a profesores disfrazados. Miren esta foto por ejemplo, no conozco a este señor pero su cara grita a viva voz "Soy profesor y me obligaron".


Nunca tuve las agallas de ponerme frente a él y tomarle una foto; pero vamos, ese disfraz, la foto, no tiene precio. Otra foto que no tiene precio es la de Rolando Ames con chapitas rojas:

No.Tiene.Precio.



La facultad de Humanidades estuvo regalando cosas divertidas como pitos (aunque más que regalarlos los encontrabas en el piso) y serpentina. La serpetina es fácil una de mis 10 cosas favoritas del mundo. También logré que me regalaran uno de los polos de Humanidades ya que tenía un buho moche de la pitri mitri, claro que tuve que gritar "humanidades" dos o tres veces, pero valio la pena.



Un par de chicas que son el orgullo de sus padres y dos idiotas que aun creen que la palabra "pollada" hace que uno estalle en carcajadas (esta fue la roca del desfile, a menos que sea un chiste interno muy estupido, no entendi esta pancarta para nada).
El momento más genial de todo el desfile fue cuando pasó la facultad de arte. Justo antes de que pasaran le mencioné a una amiga que estos eran los más subversivos y que los amaba por eso.



Al parecer hay asbesto en la facultad de arte. ¡Asbesto pues! ¿Qué es? Ni idea, pero si sé que te mata. Entregaron sus papelitos que se convirtieron en aviones de papel y me diverti con sus mascaras. No puedo creer lo del asbesto, ¿cómo es posible? Imaginenme haciendo un puño y elevandolo al aire con cara de decepción. Les puede dar cáncer en como 10 años. Asbesto pues, que tal roca.

Esperé hasta el último momento en Letras con la expectativa de ver la tradicional batalla en la que los estudiantes de EEGGCC atacan verbalmente a los de EEGGLL cuando estos ultimos estan comprando cigarros o algo porque no había nadie y la posterior (pero aun más clasica) destrucción de los tachos de basura, cuya consecuencia perjudica únicamente al trabajador que tiene que recoger basura del piso. Bien logrado, Ciencias.

En fin, eso pasó el año pasado. Este año yo ya tenía mi polo de Humanidades para no caer en el fuego cruzado, por si las caihuas , pero no pasó nada, nada.

Lo único remotamente parecido al año pasado fue que los de Ciencias tenian sobre sus cabezas bolsas de basura. ¿Para qué? Si, esa es la pregunta.

Fue un día como cualquier otro, sin contar el hecho de que comí pizza vegetariana, reflexionando sobre lo que sucedió hoy. Siento que cada día es un desfile pero sin serpentina, lo cual lo hace bastante tedioso. En fin, voy a llamar a Paco.